La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha emitido una denuncia este viernes sobre cinco agresiones dirigidas a equipos y centros de salud en Sueida, Siria, resultando en la muerte de al menos dos doctores debido a estas hostilidades, y ha reiterado que ‘la atención médica debe protegerse siempre’.
‘La atención médica nunca debe ser un objetivo. De hecho, los centros de salud, los pacientes y el personal sanitario deben recibir protección activa’, afirmó Christina Bethke, quien ocupa el cargo de representante interina de la OMS en Siria, mientras explicaba las adversidades diarias en los hospitales de Sueida, que incluyen escasez de personal, agua, electricidad y suministros básicos, además de una morgue principal que ‘alcanzó su capacidad a principios de esta semana’.
Bethke también destacó la ‘enorme presión’ sobre los trabajadores de la salud en la región y enfatizó en la importancia de ‘garantizar que los médicos, las enfermeras y los suministros puedan llegar a las personas de forma segura’, una obligación que recae en ‘todas las partes’ según el Derecho Internacional y es ‘vital para salvar vidas’.
Además, mencionó otros ‘incidentes profundamente preocupantes’ como la ocupación temporal de hospitales y ataques a ambulancias, problemas que continúan limitando el acceso regular a Sueida.
‘El acceso humanitario continuo y sin trabas es esencial para sostener la respuesta sanitaria, incluidas las derivaciones médicas oportunas y la prestación ininterrumpida de cuidados críticos’, agregó Bethke, señalando que ‘Siria se encuentra en una encrucijada’ ya que ‘enfrenta múltiples crisis, pero también una verdadera oportunidad de reconstrucción’.
Esta alerta se da en un contexto donde al menos 47 personas murieron en enfrentamientos armados en Sueida en las últimas 24 horas. En total, al menos 1.339 personas han perdido la vida en doce días de conflicto, incluyendo combates y ejecuciones entre drusos, beduinos y fuerzas del Ministerio de Defensa, así como bombardeos del Ejército de Israel. Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, más de 650 víctimas serían de las comunidades drusas, incluyendo 124 civiles, diez de ellos niños, y más de 400 miembros del Ministerio de Defensa y Seguridad sirio, así como 40 beduinos.