La organización no gubernamental Justicia, Encuentro y Perdón ha expuesto que 60 reclusos venezolanos, implicados en asuntos políticos, están afectados por enfermedades ‘muy graves’. De ellos, cinco han sido diagnosticados con diferentes tipos de cáncer.
Además, se han identificado 15 casos de afectados por problemas cardiovasculares y neurológicos. La ONG sugiere que el número de enfermos graves podría ser aún mayor, de acuerdo con un estudio citado por el medio Efecto Cocuyo, que simpatiza con la oposición.
‘Cuando hablo de enfermedades muy graves, estoy hablando de cáncer en etapa terminal, de deficiencias cardiológicas’, indica la coordinadora de la ONG, la abogada y defensora de Derechos Humanos Martha Tineo, en una entrevista telefónica con Efecto Cocuyo. ‘La lista pudiera ser más amplia si consideramos a personas con enfermedades crónicas, como hipertensión, diabetes, enfermedades renales’, agregó.
Entre los pacientes con cáncer que necesitan atención inmediata se encuentra el militar Alejandro Pérez Gámez, hospitalizado en Caracas con adenocarcinoma de próstata y un tumor en la glándula tiroides, y el civil Enrique Naurix Parada, recluido en el Centro Penitenciario de Oriente (La Pica), en Monagas, afectado por un tumor en la cabeza del páncreas, cirrosis hepática y diabetes. Estos casos requieren tratamientos avanzados como quimioterapia y radioterapia, que son difíciles de obtener.
Se han registrado siete situaciones de problemas cardiovasculares, incluido José Rito Ledezma, necesitado de una cirugía para implantar un marcapasos por insuficiencia cardíaca. También está Rolando Guevara, con una obstrucción en la arteria coronaria, detenido en el SEBIN en El Helicoide de Caracas.
Otros ocho detenidos presentan trastornos neurológicos, como José de Jesús Gámez Bustamante, afectado por un accidente cerebrovascular con secuelas de parálisis parcial, o José Luis Luongo Rotundo, con Alzheimer y pérdidas de memoria, ambos reclusos en El Helicoide.
Adicionalmente, se destaca el caso de Juan Nahir Zambrano Arias, diagnosticado con trastorno del espectro autista y encarcelado en Yare II, en Miranda, a pesar de las repetidas solicitudes de liberación por parte de su madre.
La relación se amplía con un grupo de 21 individuos con enfermedades renales y otros 19 con deterioro físico notable y diversas patologías sin tratamiento adecuado.