El Consejo de Derechos Humanos de la ONU ha inaugurado hoy su tercera reunión extraordinaria en los últimos cuatro años, centrada en la situación de Sudán, en el Palacio de las Naciones en Ginebra, Suiza. Esta sesión, la segunda desde que se agravó el conflicto en abril de 2023, busca abordar las graves consecuencias humanitarias que se han intensificado tras la toma de El Fasher, el núcleo histórico de Darfur, por grupos paramilitares.
Actualmente, cientos de miles de residentes permanecen confinados en la ciudad mientras los paramilitares llevan a cabo lo que organizaciones internacionales describen como una campaña de exterminio. Además, El Fasher y Kadugli en Kordofán Sur enfrentan una severa hambruna, según la Clasificación Integrada de las Fases de la Seguridad Alimentaria (IPC).
Por otro lado, muchas familias que lograron huir de El Fasher antes de su ocupación paramilitar han alcanzado Tawila, aunque carecen de alimentos, agua, refugio y atención médica, según alerta la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
En medio de esta crisis, el enviado especial de la ONU para Sudán, Ramtane Lamamra, ha pedido un alto el fuego inmediato entre el ejército y los paramilitares. El Consejo de DDHH, con el apoyo de varios países europeos y más de veinte Estados miembros, incluida España, ha comenzado los preparativos para esta crucial reunión.
“La tregua humanitaria propuesta por los socios representa una oportunidad excepcional para detener los combates, proteger a la población civil y aliviar un sufrimiento inmenso”, explicó Lamamra en su cuenta de X. “Instamos a todas las partes a aprovechar esta oportunidad para cambiar el rumbo del país y, si bien reconocemos la dificultad de tomar tales decisiones en medio de una guerra, estas cuestiones son esenciales para salvar vidas y restaurar la confianza mutua”, agregó.











