La ONU ha lanzado una advertencia respecto a una “catástrofe inminente” en Darfur, Sudán, donde la violencia continua, los abusos sexuales y la hambruna son problemas graves en medio del conflicto armado que ha estallado en 2023 entre el gobierno de Sudán y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF).
La asistencia humanitaria se ve obstaculizada y no llega a los afectados debido al bloqueo de los convoyes, con miles de personas atrapadas cerca de las líneas de combate. El Fasher, la capital de Darfur Norte, ha estado bajo sitio por más de 500 días por el grupo paramilitar RSF, que intenta tomar el control de la ciudad del Ejército. Aproximadamente 260.000 civiles están bloqueados allí sin poder escapar de manera segura.
Los enfrentamientos entre los grupos beligerantes han complicado aún más la llegada de suministros y la movilidad de las personas. Además, la presencia de minas terrestres y municiones sin explotar incrementa el riesgo para aquellos que intentan huir del conflicto.
El llamado urgente de la ONU
Denise Brown, coordinadora humanitaria de la ONU, ha descrito a Tawila, a unos 48 kilómetros de El Fasher, como “uno de los epicentros de una catástrofe humanitaria”. En esta localidad, alrededor de 600.000 personas se han desplazado huyendo de la asediada El Fasher, y en total, doce millones de personas han sido desplazadas en Sudán, lo que representa la “mayor crisis de desplazamiento del mundo”.
Los trabajadores humanitarios también son objetivos de ataques, con 120 víctimas mortales desde el inicio de la guerra civil. “Detengan la violencia, detengan la guerra, déjennos pasar”, ha exigido Brown, haciendo un llamamiento a los miembros de las organizaciones humanitarias.
“Los suministros en el mercado son limitados. El acceso al agua potable es limitado. El saneamiento es extremadamente deficiente”, ha declarado la coordinadora de la ONU, destacando también las enfermedades prevalentes como el cólera, el dengue y la desnutrición.
Para abordar esta crítica situación, la ONU ha estimado que se necesitan 4.200 millones de dólares (3.570 millones de euros), aunque actualmente solo se cuenta con el 25% de estos fondos. “Cada reunión a la que he asistido desde que estoy en Sudán ha sido sobre una necesidad enorme y aguda y una respuesta limitada, porque simplemente no tenemos los recursos para hacer más”, ha concluido.
El conflicto en Sudán, que comenzó en abril de 2023 debido a desacuerdos sobre la integración del grupo paramilitar en las Fuerzas Armadas, ha derivado en una de las peores crisis humanitarias a nivel global, con millones de desplazados y refugiados y la propagación de enfermedades, además de daños a infraestructuras esenciales.