El miércoles, la Organización de las Naciones Unidas expresó su entusiasmo por el último acuerdo de colaboración sellado recientemente entre Abbas Araqchi, ministro de Exteriores de Irán, y el director del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) en El Cairo, Egipto.
“Acogemos con satisfacción el acuerdo entre Irán y el OIEA sobre las ‘modalidades prácticas para reanudar las inspecciones en Irán, considerándolo un paso positivo hacia la reanudación de la plena cooperación”, manifestó Stéphane Dujarric, portavoz de la Secretaría General de la ONU, en una conferencia de prensa.
En su declaración, subrayó la esperanza de la ONU en la “rápida implementación” del acuerdo y recalcó “la importancia de la plena cooperación” de Irán con el OIEA: “Es esencial para lograr un marco a largo plazo que garantice que el programa nuclear iraní siga siendo exclusivamente pacífico”.
Por otro lado, el gobierno iraní criticó a Grossi por “oscurecer la verdad” acerca de su programa nuclear en un “informe sesgado”, que, según ellos, fue utilizado por el E3 —Reino Unido, Francia y Alemania— y los Estados Unidos para fundamentar la resolución del 12 de junio de la Junta de Gobernadores del OIEA, que acusó a Irán de infringir sus compromisos por primera vez en veinte años.
El día siguiente al anuncio, las fuerzas israelíes iniciaron un ataque contra Irán, que contestó con misiles y drones sobre territorio israelí. El 22 de junio, Estados Unidos intervino con bombardeos sobre tres centros nucleares iraníes (Fordo, Natanz e Isfahán). A pesar de ello, desde el 24 de junio se mantiene un alto el fuego, aunque persisten las tensiones y las incertidumbres sobre su durabilidad.
