La Misión de Naciones Unidas en Sudán del Sur (UNMISS) ha valorado positivamente este viernes el arranque del complejo proceso de retorno a la vida civil de 22 antiguos niños soldado vinculados a grupos armados activos en el estado de Ecuatoria Central.
Esta región se ha convertido en escenario de operaciones de formaciones como el Frente Nacional de Salvación, las Fuerzas Necesarias Unidas o el Movimiento de Liberación del Pueblo de Sudán-En Oposición. La Secretaría General de la ONU ya advirtió en mayo de este año ante el Consejo de Seguridad de que su actividad «ha desembocado en el deterioro del entorno de protección que necesitan los niños» en un país castigado por la violencia casi desde el anuncio de su independencia en 2005, formalmente reconocida seis años más tarde.
La actuación de la UNMISS se puso en marcha tras el llamamiento de las autoridades y líderes comunitarios, que detectaron la presencia de menores en las filas de estos grupos armados locales y reclamaron el apoyo de la misión de la ONU junto con otras organizaciones humanitarias.
Los 22 menores, entre ellos dos chicas de 14 y 17 años, fueron puestos a disposición de las autoridades en la localidad de Rimeze, con la participación de líderes de la comunidad y representantes de UNMISS y del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
Durante la ceremonia, el jefe local de Rimenze, Ben Paulino, recordó que «estos niños fueron arrebatados durante el conflicto. Son demasiado jóvenes como para servir en ejército alguno», según declaraciones recogidas por Radio Tamazuj. A su juicio, «lo que hay que hacer es enseñar a estos niños habilidades como mecánica, fontanería o agricultura para que puedan desenvolverse por sí mismos en el mañana».
La responsable de Protección Infantil de la UNMISS, Rita Bampo, ha subrayado que la liberación y el acompañamiento de estos menores supone un logro significativo para su equipo. «Nuestra implicación ha arrojado resultados», ha señalado Bampo, antes de que los niños fueran trasladados al Centro de Tránsito Infantil de Yambio, donde recibirán dos semanas de apoyo psicológico y terapia previa a su reencuentro con sus familias en sus localidades de origen, entre ellas Rii Rangu, James Diko o Sue.
En declaraciones posteriores a la propia UNMISS, una de las jóvenes liberadas ha explicado que su prioridad ahora es conseguir el respaldo necesario para poder inscribirse en una escuela de formación profesional. «Quiero estudiar conducción y mecánica básica para ayudarme a mí y a mi familia», ha afirmado antes de emprender viaje hacia el albergue de Yambio.










