Orbán califica la inmovilización de activos rusos por la UE como una declaración de guerra

Orbán acusa a la UE de declarar la guerra al inmovilizar activos rusos y denuncia que la medida prolongará el conflicto en Ucrania.

El primer ministro de Hungría, Viktor OrbánEuropa Press/Contacto/Vladimir Gerdo

El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ha arremetido este sábado contra el acuerdo alcanzado en la Unión Europea para mantener bloqueados de forma indefinida los activos rusos congelados, que ha descrito como una «declaración de guerra» por parte de los Veintisiete, al tiempo que ha acusado a Bruselas de prolongar así el conflicto en Ucrania.

«Eludiendo a Hungría y violando la legislación europea a plena luz del día, los bruselenses están intentando confiscar los activos rusos congelados: una declaración de guerra. Mientras tanto, exigen 135.000 millones de euros más a los Estados miembros para alimentar el conflicto», ha expresado el mandatario húngaro, asegurando que «Hungría no participará en esta retorcida estrategia bruselense».

En sus declaraciones, Orbán ha cargado contra varias de las principales figuras de la política comunitaria, señalando directamente al canciller alemán, Friedrich Merz; al presidente del Partido Popular Europeo, Manfred Weber, y a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, a quienes responsabiliza de estar «liderando la Unión del Muro».

«Nunca antes he visto algo así, que se pierdan entre 200.000 y 300.000 millones de euros en activos sin consecuencias», ha añadido. «Existe el dinero ruso y existe otra posibilidad, la de que el dinero se recaude de los Estados miembros», ha planteado, advirtiendo de que el intento de utilizar activos rusos congelados es «un asunto extremadamente inusual y peligroso».

Las palabras de Viktor Orbán se producen después de que los Estados miembros de la Unión Europea confirmaran este viernes el acuerdo para la inmovilización sin límite temporal de 210.000 millones de euros en activos rusos congelados en territorio comunitario. Esta decisión es un paso previo para reforzar las garantías jurídicas antes de emplear la liquidez generada por dichos activos en la financiación del «préstamo de reparación» a Ucrania que los líderes europeos aspiran a cerrar en la cumbre de la próxima semana.

El pacto, que el jueves recibió el respaldo de una «aplastante mayoría» de socios en una reunión de embajadores, quedó ratificado el viernes al concluir el plazo del procedimiento escrito con los apoyos necesarios para su adopción formal. La medida ha salido adelante con 25 votos favorables y dos en contra —Hungría y Eslovaquia—, según indicaron a Europa Press fuentes comunitarias.

Tras hacerse pública la posición de los embajadores, el Ejecutivo de Orbán difundió ya un duro comunicado en el que dejaba patente su rechazo frontal a esta decisión «sin precedentes», que a su juicio prolonga las sanciones contra Rusia «sobre una base legal incorrecta» con el objetivo de «eludir» la exigencia de unanimidad que debería regir este tipo de resoluciones.

Budapest también criticaba que se adoptase una medida con vocación «indefinida» y con escasas opciones de ser revertida —pues exigiría una mayoría cualificada de los 27 y solo después del fin de la guerra— mediante un mecanismo que los Tratados conciben como «temporal».

En cualquier caso, con este acuerdo los gobiernos europeos avanzan hacia la decisión política que deberán tomar los jefes de Estado y de Gobierno para respaldar la propuesta de la Comisión Europea de utilizar la liquidez generada por estos activos —la mayor parte de ellos depositados en Euroclear, con sede en Bélgica— para sufragar un préstamo de reparación de 90.000 millones de euros destinado a cubrir las necesidades financieras de Ucrania durante los próximos dos años. Esta ayuda solo deberá ser reembolsada por Kiev en el caso de que Moscú ponga fin a la guerra y compense económicamente al país por los daños ocasionados.

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