En una reciente escalada de tensiones en redes sociales, Viktor Orbán, Primer Ministro húngaro, y su homólogo sueco, Ulf Kristersson, han protagonizado un intercambio de acusaciones. Orbán lanzó una crítica mediante un vídeo, cuestionando la integridad del estado de derecho en Suecia bajo el argumento de que el crimen organizado allí emplea a niños como “asesinos”.
“El crimen organizado explota a niños suecos como asesinos, sabiendo que el sistema no los condenara”, afirmó Orbán, haciendo eco de un artículo del periódico alemán ‘Die Welt’. “Un país que antes era conocido por su orden y seguridad ahora se derrumba”, agregó, concluyendo que “el pueblo sueco merece algo mejor”.
La respuesta de Kristersson no se hizo esperar, calificando las declaraciones de Orbán como “mentiras escandalosas” y expresando que tales comentarios no le sorprenden, viniendo de un “hombre que está desmantelando el Estado de derecho en su propio país” y que “está desesperado ante las próximas elecciones” en Hungría.
Orbán, sin embargo, reiteró sus críticas en otra publicación en X, destacando que el “débil gobierno” sueco y el “abandono de los valores tradicionales” han fomentado “el arraigo de la barbarie” en Suecia. “Bandas criminales utilizan a niñas menores de edad como instrumentos de asesinato”, señaló, mostrando su preocupación por un país que considera “amigo” y cuya gente describe como “grande y noble”.
















