El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ha expresado su preocupación ante la intención de la Unión Europea de «dar instrucciones desde el banquillo» respecto a la próxima cumbre entre Donald Trump, presidente de Estados Unidos, y Vladimir Putin, presidente de Rusia. En lugar de ello, ha propuesto la organización de un encuentro europeo con el líder ruso.
Orbán ha explicado su decisión de no firmar un comunicado con otros 26 líderes europeos que defendía el derecho de Ucrania a «elegir su propio destino» y destacaba la relevancia de mantener las sanciones contra Rusia. Antes de que «el coro liberal» lo acuse de ser «la marioneta de Putin» en Europa, ha querido aclarar los motivos por los cuales se ha apartado del consenso, incluyendo el hecho de que «la declaración intenta fijar las condiciones de una reunión a la que los líderes de la UE no están invitados».
«El hecho de que la UE haya quedado al margen ya es lo suficientemente triste de por sí. Lo único que puede empeorarlo es que empecemos a dar instrucciones desde el banquillo», señaló Orbán en un mensaje en redes sociales.
Para el primer ministro, «lo único sensato» que pueden hacer ahora los líderes europeos es comenzar a planear su propia cumbre con Putin, tomando como «ejemplo» la reunión organizada por la Casa Blanca. Orbán ya generó controversia en julio de 2024 al viajar a Moscú para encontrarse con el presidente ruso, coincidiendo con el inicio de la presidencia húngara en el Consejo de la UE.
Además, el Gobierno húngaro ha optado por distanciarse de otras posturas predominantes en la UE, como el aumento de las sanciones a Rusia por la invasión a Ucrania y los progresos en el proceso de adhesión de Ucrania al bloque.
