Un colectivo de 27 naciones, junto con la Unión Europea, ha expresado su profunda preocupación por el extremo sufrimiento en la Franja de Gaza, llegando a describir la situación como de «niveles inimaginables». En respuesta, han solicitado intervenciones «urgentes» para aliviar la severa falta de seguridad alimentaria que enfrenta la población local.
«El espacio humanitario debe estar protegido y la ayuda no debería ser politizada», señala una declaración emitida este martes, que cuenta con el apoyo de países como Reino Unido, Australia, Canadá, Francia, Japón, Países Bajos, Portugal y Suiza.
Estos estados han hecho un llamado al gobierno de Benjamin Netanyahu para que permita a las organizaciones y agencias internacionales realizar su labor asistencial en Gaza. Subrayan la importancia de implementar medidas «inmediatas, permanentes y concretas» que aseguren el flujo continuo de asistencia humanitaria.
Actualmente, Israel supervisa la distribución de ayuda humanitaria, focalizando su atención en áreas específicas que han generado inquietud a nivel internacional. El grupo ha advertido sobre el empleo de «fuerza letal» en estas zonas, recalcando que su uso debe ser restringido para proteger a los civiles y al personal de ayuda.
Además, existe preocupación por las restricciones burocráticas impuestas por Israel a las ONGs, lo cual podría forzar a muchas de estas organizaciones a abandonar los territorios palestinos, agravando aún más la crisis humanitaria tanto en Gaza como en Cisjordania.
