El Ejecutivo de Pakistán ha denunciado este miércoles la existencia de una campaña de descrédito impulsada por “países hostiles” cuyo objetivo sería relacionar a Islamabad con el atentado del domingo en la playa de Bondi, en Sídney, donde un padre y su hijo abrieron fuego contra los asistentes.
El ministro de Información, Ataulá Tarar, ha recordado que “cuando ocurrió el incidente, algunos medios de comunicación se apresuraron a afirmar que uno de los atacantes era de Pakistán y el otro había nacido en Australia. No había pruebas que probaran esta afirmación”.
Según Tarar, esta ofensiva informativa formaría parte de una estrategia para “difamar a Pakistán”. Ha subrayado que “en Israel e India esta campaña proliferó”, al tiempo que ha indicado que los mismos mensajes se multiplicaron en redes sociales y en otras plataformas digitales.
El ministro ha criticado que, pese a que “existen estructuras” en los medios a través de las cuales “se transmite la información y se ejerce control editorial”, en este caso “no se aplicaron las normas básicas del periodismo”, tal y como ha informado el diario Dawn.
Tras el tiroteo, un hombre de origen paquistaní residente en Sídney fue identificado de forma errónea como uno de los autores. Más tarde, las fuerzas de seguridad de India aclararon que el padre, Sajid Akram —fallecido—, era de origen indio, mientras que su hijo, de 24 años, había nacido en Australia.
Las autoridades australianas han comunicado este miércoles que el joven se enfrenta a cargos por 59 delitos, entre ellos 15 asesinatos. La playa acogía parcialmente una celebración de la festividad judía de Janucá, iniciada el domingo, a la que asistieron unas 2.000 personas. Hasta ahora, el balance asciende a 15 fallecidos y otras 20 personas continúan hospitalizadas.