La Cámara de Diputados en Brasil dio luz verde, con un notable consenso, a la enmienda constitucional que incrementa el fuero de los diputados y senadores, asegurándolos contra posibles acciones judiciales tanto en lo penal como en lo civil. Esta medida fue denominada en sesión como la ‘PEC de las prerrogativas’ y pasó su segunda votación con 344 votos a favor y 133 en contra, tras una primera votación secreta que contó con 353 apoyos, a pesar del desacuerdo del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), una división del Partido de los Trabajadores (PT) de Luis Inácio Lula da Silva.
De acuerdo con el servicio de noticias de la Cámara, esta regla establece que los parlamentarios solo pueden ser sujetos a medidas cautelares, tanto personales como patrimoniales, autorizadas únicamente por el Tribunal Supremo, y esta protección se extiende incluso después de finalizado su mandato si los procesos se relacionan con su periodo en activo.
Además, el Congreso adquiere la capacidad de detener procesos penales en el Tribunal Supremo contra parlamentarios al requerir un permiso previo del Poder Legislativo. Este permiso debe ser debatido por la cámara correspondiente en un plazo máximo de 90 días desde que se recibe la solicitud del Supremo, y se debe votar en secreto.
Las prerrogativas «son, en realidad, garantías indispensables para la propia viabilidad institucional del Poder Legislativo, pilar fundamental del Estado Democrático de Derecho», defendió Claudio Cajado, el diputado proponente de la enmienda. Cajado sostuvo que estas condiciones «sólo han sido suprimidas en periodos autoritarios» y son esenciales para que los legisladores desempeñen sus roles con independencia y sin miedo a persecuciones políticas o citaciones.
Este blindaje parlamentario es más extenso que el establecido en la Constitución de 1988, que fue revocado en 2001 debido a la presión popular y sustituido por la actual normativa que dicta que los parlamentarios deben ser juzgados por el Tribunal Supremo.
Adicionalmente, se ha decidido ampliar el fuero a los presidentes de partidos políticos con representación en el Congreso, incluso si no poseen un escaño, según reportó ‘Folha’. Para obtener los votos necesarios, un mínimo de 308 de los 513 diputados federales, se permitió la participación remota, algo no habitual los martes. Casi todos los partidos respaldaron la PEC, con la excepción del PT, el PSOL, el Partido Comunista, Rede y Novo.
Tras su aprobación en la Cámara baja, el texto se someterá a la consideración del Senado. Si se aprueba nuevamente, la norma será promulgada directamente por el Congreso y entrará en vigor de inmediato sin necesidad de sanción o veto presidencial.
