El Partido Demócrata de Hong Kong ha decidido este domingo poner fin a más de tres décadas de trayectoria política, tras votar su disolución como principal fuerza opositora moderada a China en el territorio.
En abril, la formación ya había dado un primer paso al sacar adelante una moción interna que abría la puerta al cierre del partido. Esa iniciativa ha cristalizado ahora en la votación de este domingo, celebrada en un contexto que la escasa disidencia que permanece en la ciudad describe como asfixiante, en una Hong Kong dirigida por completo por dirigentes alineados con Pekín.
La decisión final se ha adoptado en la sede del partido, situada en el barrio de Prince Edward, según recoge Hong Kong Free Press. Con este movimiento se cierra la etapa de la que llegó a ser, en 1998, la principal fuerza crítica dentro del Consejo Legislativo de la excolonia, donde alcanzó a controlar 13 de los 60 escaños que componían entonces la cámara.
Entre sus dirigentes más representativos figuraba su cofundador, Martin Lee, conocido como «el padre de la democracia», así como su presidente, Lo Kin He, responsable de promover la moción de disolución de abril «dada la situación a la que se enfrentaba el partido», de orientación liberal y moderada.
En paralelo, en junio, la Liga de los Socialdemócratas, otra de las últimas fuerzas opositoras que seguían activas en Hong Kong, comunicó igualmente su desmantelamiento, aludiendo a la «tremenda presión política» ejercida por las autoridades del territorio, según denunció entonces su presidenta, Chan Po Ying.
Las elecciones legislativas celebradas a comienzos de este mes en Hong Kong han confirmado el control absoluto de China, con la victoria de la Alianza Democrática para la Mejora y el Progreso (DAB). Estos resultados han permitido a Pekín reforzar su dominio sobre la región administrativa especial, pese a la escasa participación registrada en los comicios.
El Comité Electoral ha señalado que el DAB ha obtenido un escaño adicional, hasta un total de 20, de los 90 en disputa, dentro de un sistema diseñado bajo el principio de que «solo los patriotas» pueden presentarse a las elecciones, tal y como ocurrió en los comicios locales de 2023 con el respaldo del Partido Comunista de China.
En contraste, en 2019, en pleno ciclo de protestas y críticas contra la creciente injerencia de Pekín en la autonomía de la ciudad, los candidatos prodemocracia lograron más de la mitad de los escaños gracias a una participación excepcional del 71 por ciento del electorado.










