Esta semana, el presidente cameronés Paul Biya ha asumido nuevamente su cargo en un escenario marcado por acusaciones de fraude electoral por parte de la oposición y la muerte de civiles en protestas postelectorales. Biya, que ha dirigido Camerún durante más de 40 años, enfrenta varias crisis humanitarias persistentes sin señales de alivio.
Nueve de cada diez regiones en Camerún están inmersas en tres grandes crisis humanitarias: el conflicto en la región del Lago Chad debido a los ataques de Boko Haram y Estado Islámico en África Occidental (ISWA), la crisis anglófona en las regiones de Noroeste y Suroeste que se ha extendido a provincias adyacentes, y la crisis de refugiados procedentes de la República Centroafricana, afectando a las regiones del Este, Adamawa y Norte.
La región del Extremo Norte es la más golpeada, con más de 1,2 millones de personas sufriendo inseguridad alimentaria, lo que representa un aumento del seis por ciento desde 2024 y del 14 por ciento en los últimos cinco años. Además, alberga a más de 510.000 desplazados internos con acceso restringido a servicios básicos. En las regiones de Noroeste y Suroeste, la violencia armada de grupos separatistas ha dañado las cosechas y empeorado el acceso a alimentos e ingresos, especialmente este cuatrimestre debido al confinamiento impuesto por grupos armados durante las elecciones.
MÁS DE 2,5 MILLONES DE PERSONAS EN RIESGO DE INSEGURIDAD ALIMENTARIA
Según la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), más de 2,5 millones de personas enfrentan una grave inseguridad alimentaria en las regiones del Extremo Norte, Noroeste y Suroeste. La dependencia de la ayuda humanitaria para cubrir necesidades básicas está en aumento, y la OCHA ha alertado que las necesidades superan los recursos disponibles. La ayuda a refugiados se ha visto reducida por la escasez de recursos, forzando a muchas familias a adoptar estrategias de supervivencia como saltarse comidas o vender posesiones para conseguir alimentos. Las organizaciones proponen soluciones alternativas, pero también requieren financiación urgente.
UNICEF DENUNCIA QUE UNA GENERACIÓN DE NIÑOS NO HA IDO A LA ESCUELA
Nadine Perrault, representante de UNICEF en Camerún, ha enfatizado que las crisis no son recientes y que la crisis anglófona, por ejemplo, tiene casi una década. Esto ha llevado a que una generación de niños haya crecido sin asistir a la escuela. Perrault ha subrayado la importancia de resolver estas crisis educativas, independientemente del gobierno en poder. Ha destacado también los numerosos ataques a escuelas y centros de salud en el Extremo Norte, así como el reclutamiento forzoso de menores por grupos armados. Tras las elecciones, ha instado a las autoridades a renovar su compromiso con la protección de los niños y abordar las dinámicas de seguridad en estas regiones.
Por otro lado, ha lamentado que la región este, afectada por la crisis de refugiados de la República Centroafricana, carece de soluciones de integración y enfrenta bajos indicadores de desarrollo, especialmente para las niñas, además de dificultades para acceder a servicios esenciales debido a su extensión y baja población.
Perrault ha destacado el compromiso de UNICEF con la promoción de los derechos de la infancia a nivel local, trabajando con alcaldes para influir directamente en la situación de los niños. Ha mencionado iniciativas como el registro de nacimientos y programas de educación digitalizados para asegurar oportunidades de aprendizaje continuo para los niños. Sin embargo, ha reconocido que los fondos son insuficientes y ha hecho un llamamiento a la comunidad internacional para no olvidar a Camerún en el contexto de las crisis globales.
