El Departamento de Defensa de Estados Unidos ha comunicado este miércoles que sus operaciones contra objetivos nucleares en Irán a mediados de junio han logrado posponer el desarrollo nuclear de Teherán por un lapso de dos años aproximadamente.
El portavoz del Pentágono, Sean Parnell, en una conferencia de prensa, enfatizó que «Irán está mucho más lejos hoy de un arma nuclear de lo que estaba antes de que el presidente (estadounidense, Donald Trump) tomara medidas audaces para cumplir su promesa al pueblo estadounidense, y esa promesa fue que Irán no tendría un arma nuclear».
Después de controversias surgidas por la divulgación de un informe preliminar que sugería un impacto menor de los ataques, Parnell afirmó que «nuestra evaluación de los daños causados por la batalla permanece inalterada». «Creemos, y sin duda todos los informes de inteligencia que hemos consultado nos llevan a creer, que esas instalaciones, en particular, han sido completamente destruidas», destacó, haciendo referencia a las plantas nucleares de Isfahán, Natanz y Fordo.
Además, el portavoz aseguró que los aliados de Estados Unidos «comparten nuestros sentimientos sobre la degradación de programa nuclear de» Teherán. «Lo que hemos visto universalmente entre nuestros aliados fue felicitar a Estados Unidos, al presidente y al secretario de Defensa (Peter Hegseth) por esa audaz operación, y la idea de que la acción estadounidense en Irán ha sentado las bases para la estabilidad global», indicó.
Finalmente, Parnell agregó que «Irán ha sido un importante exportador de terrorismo a todo el mundo, y naciones de todo el mundo han sido víctimas de su terrorismo. Creo que (estas) saben que cuando Estados Unidos es fuerte y habla con claridad, el mundo es un lugar mejor y más estable».