El mandatario colombiano, Gustavo Petro, ha mostrado su asombro ante la decisión del Tribunal Superior de Bogotá que dictaminó la liberación inmediata de Álvaro Uribe, ex presidente sancionado con doce años de arresto domiciliario por delitos de fraude procesal y soborno a testigos.
“Yo no entiendo como está libre”, expresó Petro en la reciente reunión de ministros. “¿Eso es justicia?”, cuestionó, aludiendo al caso de Daneidy Barrera, más conocida como ‘Epa Colombia’, quien fue sentenciada por vandalizar una estación de autobuses durante las manifestaciones de 2019.
Petro aprovechó para criticar a Uribe por intentar implicarlo en el ataque contra el senador Miguel Uribe, quien falleció a causa de las lesiones de bala sufridas hace dos meses. “Es el expresidente quien tiene las manos “untadas de sangre”.
“La crítica de Uribe a Petro es absolutamente falaz”, declaró el presidente, recordando a la vez la conexión de Uribe con grupos paramilitares. “Ahora nos echa la culpa de su error. Ya verá la Justicia qué hace con él. Yo no tengo en mi corazón odio ni venganza, aunque me hizo daño a mí y a mi familia”, afirmó Petro.
Asimismo, criticó las acciones de seguridad implementadas por Uribe durante su periodo en la Casa Nariño, calificándolas de “política de vendetta, basada en la muerte”, según informó la emisora RCN.
Este martes, el Tribunal Superior de Colombia ha ordenado la liberación de Uribe mientras se evalúa el recurso de apelación de su defensa, calificando de “vagos, indeterminados e imprecisos” los fundamentos de la jueza Sandra Heredia para su detención inmediata.
Heredia había determinado que Uribe presionó e influyó en varios reclusos vinculados al paramilitarismo para beneficiarse en un proceso contra el senador Iván Cepeda, a cambio de ventajas penitenciarias, remontándose esto a 2012.
Uribe acusó a Cepeda de buscar falsos testimonios en prisiones nacionales sobre su relación con el surgimiento del paramilitarismo en Antioquia. Sin embargo, la situación cambió cuando se revelaron nuevas evidencias de que el expresidente había intentado manipular a testigos, pasando de acusador a investigado.
