Las autoridades portuguesas han puesto en libertad a un hombre vinculado al expresidente de Guinea Bissau Umaro Sissoco Embaló, derrocado hace menos de un mes mediante un golpe de Estado militar en el país africano, tras su arresto el domingo en Lisboa por sospechas de contrabando y blanqueo de capitales.
Fuentes de la Policía Judicial citadas por la agencia lusa de noticias Lusa han señalado que el hombre, cuya identidad no ha sido revelada, fue interceptado en el aeropuerto militar de Figo Maduro, en Lisboa, después de que se localizaran en su equipaje alrededor de cinco millones de euros en metálico.
La Policía Judicial precisó entonces que la operación se originó a raíz de una denuncia relativa a los pasajeros del vuelo y a un presunto desvío de fondos procedentes de Guinea Bissau, al tiempo que subrayó que el arrestado era “un extranjero” llegado desde el país africano y “sospechoso de blanqueo”.
Pese a ello, el sospechoso ha sido finalmente excarcelado sin llegar a ser presentado ante un juez, aunque inicialmente se había avanzado que comparecería para decidir si se imponía alguna medida cautelar, en un caso en el que podía enfrentarse a una condena de hasta cinco años de prisión si era declarado culpable de blanqueo.
Medios portugueses informaron el domingo de que en el mismo vuelo que aterrizó en el aeródromo militar de Figo Maduro viajaba también la ex primera dama de Guinea Bissau y esposa de Embaló, quien fue arrestado de forma breve tras la asonada y posteriormente liberado, lo que le permitió abandonar el país rumbo a Marruecos, tras hacer escala en Senegal y en República del Congo.
El golpe de Estado, liderado por Horta N'Tam, se produjo en el contexto de las tensiones surgidas tras las elecciones presidenciales de noviembre, en las que tanto el jefe de Estado como el principal aspirante opositor, Fernando Dias da Costa, se proclamaron vencedores antes de la difusión de los resultados, cuya publicación quedó suspendida a raíz de la asonada.
La junta militar dio a conocer la semana pasada la composición del nuevo órgano legislativo, después de anunciar el Gobierno de transición y aprobar la Carta Política de Transición, que regula el proceso transitorio y prevé la creación de dicho órgano como instancia política encargada de promover el diálogo nacional y supervisar las actuaciones de las nuevas autoridades.
La Carta Política de Transición deja en suspenso la Constitución vigente hasta ahora en Guinea Bissau, fija un periodo de transición de doce meses y veta al presidente y al primer ministro de transición presentarse a las elecciones al término de este ciclo, pese a las críticas de la comunidad internacional y regional y a las peticiones para restaurar el orden constitucional.