Este lunes, Portugal despertó con cinco incendios forestales aún activos, prestando especial atención al incendio que continúa devastando la zona de Covillana, en el distrito de Castelo Branco, donde más de mil bomberos están desplegados en la zona.
El Gobierno de Luís Montenegro, la noche del domingo, extendió por 48 horas adicionales el estado de alerta general, ante la persistente ola de incendios que empezó a principios de agosto.
Más de 80 concejos en las regiones del norte, centro y Algarve están en máxima alerta, mientras los equipos de extinción luchan contra el tiempo para controlar una crisis que ha consumido decenas de miles de hectáreas en pocos días. Desde el inicio del año, se han quemado más de 185,000 hectáreas, superando el total de 2024.
Según Miguel Oliveira, de la Autoridad Nacional de Emergencia y Protección Civil (ANPEC), el incendio de Covillana es el que más recursos ha movilizado, con aproximadamente 1,100 efectivos y casi 370 medios terrestres, reportó la agencia Lusa. El Ayuntamiento emitió una nueva alerta este lunes, comunicando que el fuego todavía está «fuera de control».
Recientemente, un bombero falleció mientras se dirigía a combatir un incendio el domingo. El vehículo en que viajaba se precipitó por un barranco, dejando además cuatro heridos, uno de ellos grave.