La región de Bisayas Centrales, situada en el corazón de Filipinas, fue sacudida el martes por un potente terremoto de magnitud 6,9 en la escala Richter. El foco del sismo se ubicó a solo 10 kilómetros bajo la superficie terrestre.
Según el Instituto de Vulcanología y Sismología de Filipinas (Phivolcs), el temblor, de alta intensidad, afectó especialmente a las localidades de San Fernando y Cebú. Se registró a las 22:00, hora local, y su origen fue identificado como tectónico. “Se esperan réplicas durante las próximas horas” y se ha recomendado a los ciudadanos “permanecer alerta”, incluso frente a “inconvenientes de menor gravedad”.
La necesidad de evacuación se hizo presente en Iloílo, en la isla de Panay, donde los habitantes dejaron sus hogares por miedo a los derrumbes. Las autoridades han anticipado posibles daños estructurales a lo largo del país.
El epicentro se situó en el mar, entre las islas de Cebú y Leyte, elevando la posibilidad de un tsunami que podría impactar el archipiélago. La cadena ABS-CBN ha informado que se ha pedido a la población “estar alerta ante olas de tamaño inusual”.
Las autoridades han aconsejado evitar las playas y zonas costeras hasta que se levante la alerta de tsunami. Quienes viven en estas áreas deberían trasladarse a regiones más elevadas para protegerse.