Una magistrada federal en Estados Unidos ha confirmado el lunes que está absolutamente prohibido deportar al salvadoreño Kilmar Ábrego García, recientemente detenido tras su salida de un centro de detención en Tennessee, donde aguardaba un juicio por un caso de tráfico humano.
La juez de distrito Paula Xinis ha intervenido para frenar los intentos del gobierno de EE.UU. de enviar a Ábrego fuera del país mientras se revisa si se están vulnerando sus derechos al debido proceso. Ábrego había protestado que la amenaza de ser deportado era una represalia de Washington por haber impugnado su expulsión a El Salvador en marzo debido a un error administrativo.
En una sesión judicial breve, informada por ‘The Hill’, el abogado del Departamento de Justicia, Drew Ensign, ha indicado que la deportación de Ábrego no es inminente, ya que las deportaciones a terceros países generalmente toman tiempo.
En un documento legal, Ábrego expresó su preferencia por Costa Rica, donde podría obtener algún estatus legal, y su preocupación por ser enviado a Uganda. En Uganda, teme ser perseguido y torturado debido a su raza, nacionalidad, opiniones políticas y pertenencia a cierto grupo social. También expresó su temor de ser devuelto a El Salvador desde Uganda, donde previamente ha sufrido torturas.
La jueza Xinis resaltó que no se debe forzar a alguien a renunciar a un derecho constitucional y señaló la falta de garantías de que Uganda no lo deporte a El Salvador. El silencio contrasta, sin duda, con lo que ha proporcionado Costa Rica. El contraste es significativo, concluyó.