Una multitudinaria manifestación ha tomado las calles de Sofía y otras urbes búlgaras este lunes, en un acto que no contó con el apoyo de partidos políticos, para expresar su rechazo a la propuesta del Gobierno de aprobar los presupuestos de 2026, que serían los primeros en euros.
La protesta, organizada por el colectivo Seguimos el Cambio-Bulgaria Democrática, ha paralizado el centro de la capital búlgara y ha congregado a miles en la plaza de la Independencia, situada cerca de importantes edificaciones gubernamentales. Además, se han registrado actos similares en ciudades como Varna y Burgas, entre otras.
Los protestantes han pedido la renuncia de líderes y un cambio radical en la administración, destacando su descontento con la «corrupción presupuestaria» en un ambiente de celebración con música y danzas típicas. Durante el evento, se proyectaron mensajes como «Dimisión y cárcel» o «Mafia» en el edificio del Parlamento, acompañados de imágenes provocativas como una cabeza de cerdo y esposas.
Las pancartas mostraban frases como «Viene la Generación Z» o «Bulgaria joven sin mafia», mientras se agitaban banderas nacionales y de la Unión Europea. La manifestación transcurrió sin incidentes, bajo una notable vigilancia policial que incluyó inspecciones y un amplio despliegue en las inmediaciones del Parlamento.
Los manifestantes expresaron su descontento con el primer ministro Rosen Zheliazkov, del partido Ciudadanos por el Desarrollo Europeo de Bulgaria (GERB), quien asumió el cargo en enero tras intensas negociaciones postelectorales. A pesar de contar con un apoyo minoritario en el Parlamento, el Gobierno ha intentado avanzar en reformas exigidas por la UE y la OTAN.
Ante la oposición inicial, el Ejecutivo se vio obligado a retirar sus presupuestos para revisarlos, aunque sigue adelante con las negociaciones para una aprobación urgente de una versión modificada que contempla aumentos de impuestos y pensiones, y un mayor endeudamiento público, aspectos que han generado críticas tanto de sindicatos como de empresarios.
En particular, los manifestantes han dirigido sus críticas hacia Boiko Borisov, líder del GERB, y Delian Peevski, a quien consideran un influyente líder oculto, recientemente sancionado por corrupción en Estados Unidos y Reino Unido.











