Cientos de miembros de la minoría alauí en Siria han protagonizado manifestaciones este martes en diversas localizaciones de Latakia y Homs, así como en otras áreas costeras como Jablé, expresando su repulsa por los últimos ataques sufridos por su comunidad.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con base en Londres y corresponsales en el terreno, ha reportado que las protestas tuvieron lugar en numerosas rotondas de Latakia, incluidas Al Azhari, Al Zawra, Al Zira y Al Amara, custodiadas por un amplio dispositivo de seguridad.
Las autoridades bloquearon varias arterias principales para intentar controlar a los manifestantes, quienes ondeaban banderas sirias y vocalizaban lemas solicitando “cambios” al ejecutivo de Ahmed al Shara, presidente de transición.
En momentos puntuales, las fuerzas de orden público efectuaron disparos al aire para disolver a los grupos concentrados en las plazas. Incidentes similares se produjeron en la plaza Al Zahra de Homs, donde las autoridades detuvieron a varios manifestantes durante una sentada.
El Observatorio denunció el uso de gases lacrimógenos y “fuerza excesiva” por parte de las fuerzas de seguridad, que también dispararon “indiscriminadamente” contra los manifestantes. Además, se reportó que varios individuos fueron atropellados por vehículos policiales.
Desde el Ministerio del Interior se ha afirmado que el “derecho a manifestarse y expresarse está garantizado para todos los ciudadanos sirios”, aunque ha hecho un llamado a no sucumbir a “las convocatorias externas que pretenden incitar a la sedición y deteriorar el tejido social”, según recoge SANA, la agencia estatal de noticias.
Estos eventos ocurren tras el aumento de la tensión en Homs, donde se impuso un toque de queda temporal tras el hallazgo de una pareja fallecida en su hogar en Zeidal. Aunque se ha acusado a la comunidad alauí del asesinato, las autoridades descartan que el crimen tenga motivaciones sectarias.
La administración establecida en diciembre de 2024 tras la caída de Bashar al Assad ha enfrentado varios desafíos de seguridad, incluyendo conflictos sectarios, a pesar de las promesas de Al Shara para estabilizar la región.
En marzo, enfrentamientos en la zona costera entre las fuerzas de seguridad y supuestos seguidores de al Assad resultaron en alrededor de 1.500 muertos. Un informe de una comisión de Naciones Unidas en agosto concluyó que los actos de violencia “sistemática” durante estos sucesos podrían constituir crímenes de guerra, incluyendo asesinatos, torturas, saqueos e incendios.
