El presidente ruso, Vladimir Putin, ha planteado la posibilidad de establecer un alto el fuego limitado con el objetivo de facilitar la celebración de elecciones en Ucrania. Esta opción responde a una reclamación que Estados Unidos ha venido formulando en los últimos meses y que el mandatario ucraniano, Volodimir Zelenski, aceptó por primera vez recientemente, siempre que se cumplieran las condiciones de seguridad necesarias.
“Estamos dispuestos a considerar cómo garantizar la seguridad durante las elecciones en Ucrania. Al menos, absteniéndonos de realizar ataques”, ha señalado este viernes durante un encuentro con periodistas y ciudadanos en el que ha realizado un balance del año.
Ucrania, sometida a la presión de un Donald Trump que ha recordado en varias ocasiones a Zelenski, desde su regreso a la Casa Blanca, la obligación de convocar elecciones, ha supeditado cualquier cita con las urnas a contar antes con garantías de seguridad suficientes.
Putin ha presumido de que Moscú no ha disfrutado de esas garantías en los últimos años y, aun así, ha seguido organizando elecciones. Al mismo tiempo, ha fijado como requisito para aceptar esta posible tregua que los ucranianos residentes en territorio ruso puedan participar sin trabas en esos comicios.
El dirigente ruso ha recalcado que “tarde o temprano” las actuales autoridades de Kiev tendrán que renovar su legitimidad mediante unas elecciones. No obstante, ha avisado de que “si pretenden utilizar las elecciones únicamente para frenar la ofensiva militar rusa, se equivocan”, de acuerdo con la información difundida por la agencia Interfax.
En su intervención, Putin también ha aprovechado para aludir a los escándalos de corrupción destapados en Ucrania en los últimos años, algunos de ellos vinculados al entorno más próximo de Zelenski, y ha sugerido que, a la luz de estos casos, podría llegar a contemplarse la implantación de “algún tipo de administración externa”.