Este jueves, desde el Kremlin se ha confirmado que Vladimir Putin, presidente de Rusia, se reunió en Moscú con Ahmed al Shara, quien lidera el gobierno de transición en Siria, para hablar sobre el futuro de las bases militares rusas en esa nación, en un contexto donde Rusia busca mantener su influencia tras el fin del gobierno de Bashar al Assad previsto para diciembre de 2024.
“En lo relativo a las bases, el asunto estuvo en la agenda. Eso es lo que puedo decir”, comunicó Dimitri Peskov, portavoz de la Presidencia rusa, sin ofrecer detalles sobre si se trató la posible extradición de Al Assad a Siria, según reportes de la agencia TASS.
Peskov también mencionó que “no tiene nada que decir sobre Al Assad en este contexto”, después de que el nuevo gobierno, establecido tras el éxito de un ataque de yihadistas y rebeldes, solicitara a Moscú la entrega de Al Assad, quien se había refugiado en el país euroasiático justo antes del colapso de su régimen.
En la reunión, Putin y Al Shara resaltaron la “relación especial” y los “lazos históricos” entre Rusia y Siria. Putin enfatizó que estos vínculos persisten más allá de “cualquier consideración política momentánea”.
Rusia, que fue un soporte crucial para el régimen de Al Assad, busca ahora preservar sus bases militares en Siria y, por ende, su nivel de influencia en la región, en medio de una reorganización de las relaciones tras la llegada al poder de Al Shara, exlíder del grupo yihadista Hayat Tahrir al Sham (HTS).