Desde Estados Unidos se ha confirmado que Al Qaeda no ha cesado en su intento de comprometer la seguridad del territorio, a raíz de sus últimas convocatorias para realizar ataques. Las autoridades han categorizado al grupo como ‘una amenaza persistente’ para la seguridad nacional.
‘El resurgimiento de los llamamientos de Al Qaeda a ejecutar atentados en el país pone de relieve su persistente y duradera amenaza para el país, los funcionarios estadounidenses y la seguridad pública’, ha señalado el Centro Nacional Antiterrorista de Estados Unidos en un informe recientemente desclasificado.
Asimismo, se ha indicado que ‘Al Qaeda y su filial en Yemen, Al Qaeda en la Península Arábiga (AQPA), la única filial que ha logrado con éxito un ataque en el país, probablemente buscan aprovechar sus publicaciones en los medios y los conflictos globales, particularmente donde hay apoyo o participación militar de Estados Unidos para inspirar a posibles atacantes’.
En julio de 2025, AQPA lanzó la décima edición de ‘Inspire Guide’, su revista en inglés, destacando varios ataques en Estados Unidos y ‘pidiendo a sus seguidores en la patria a que llevaran a cabo ataques usando métodos sencillos como armas de fuego, explosivos, cuchillos, atropellos intencionados o cócteles molotov’.
El documento también revela que ‘la publicación destacó que los objetivos adecuados eran las personas u organizaciones que apoyaban a Israel, así como las fuerzas del orden y el gobierno (…) y que las grandes protestas o los disturbios civiles podían ser buenas oportunidades para cometer un acto terrorista’.
Finalmente, se reportó que Saad Atif al Aulaqi, un alto cargo de AQPA, instó en junio a ataques contra altos funcionarios estadounidenses y sus familias, mientras que en ese mismo mes, en el noveno número de ‘Inspire Guide’, se llamó a los lobos solitarios a actuar dentro del país.
‘Muchos de los objetivos sugeridos en las recientes amenazas de Al Qaeda son coherentes con los planes del grupo para atacar el país tras el 11-S, que se centraron en la aviación, objetivos simbólicos o económicos, empleados e instalaciones militares o gubernamentales de Estados Unidos y la población estadounidense’, concluyó el informe.
















