El referéndum llevado a cabo el pasado sábado en Taiwán para decidir sobre la reactivación de la central nuclear de Maanshan, ubicada en Pingtung y última en funcionamiento hasta su cierre en mayo, no alcanzó la cifra de participación necesaria para que sus resultados fuesen válidos, marcando un contratiempo para el Partido Kuomintang, principal fuerza de la oposición, que buscaba modificar la política energética del gobierno liderado por el Partido Progresista Democrático del presidente Lai Ching Te.
El presidente Lai había expresado previamente su oposición a esta medida, argumentando la ausencia de garantías adecuadas de seguridad y la falta de una estrategia eficaz para el manejo de desechos nucleares. Por su parte, los opositores defendían la importancia de la energía nuclear por razones de seguridad nacional, aunque el gobierno podría haber negado la reapertura basándose en evaluaciones de seguridad.
A nivel nacional, la participación fue del 29,53%, situándose como la tercera más baja en la historia del país, con 4.341.432 votos a favor y 1.511.693 en contra de la reapertura, pero sin llegar a los 5.005.230 votos necesarios para que el referéndum fuese considerado válido.
No obstante, en el condado de Pingtung, donde se encuentra la central, el apoyo a la reanudación fue mayoritario, con una participación del 31% y 120.720 votos a favor frente a 90.460 en contra.
