Tras asumir el control de Afganistán en agosto de 2021, los líderes talibanes han rechazado firmemente cualquier forma de presencia militar estadounidense en territorio afgano. Esta postura se afianza después de que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, revelara los intentos de Washington por retomar el control de la base aérea de Bagram.
“Los afganos no han aceptado una presencia militar (extranjera) a lo largo de la historia y esta posibilidad fue totalmente rechazada durante las conversaciones en Doha y el posterior acuerdo”, afirmó Zakir Jalali, un destacado funcionario del Ministerio de Exteriores de Afganistán, haciendo referencia al acuerdo de paz sellado inicialmente por el grupo y la administración Trump en febrero de 2020.
“Las puertas están abiertas a otras interacciones”, señaló en la red social X, destacando que “Afganistán y Estados Unidos deben interactuar y pueden tener relaciones económicas y políticas fundamentadas en el respeto mutuo y los intereses compartidos, al margen de si hay una presencia militar estadounidense en Afganistán”.
Trump, por su parte, anunció que Estados Unidos busca recuperar el control de Bagram, conocido como un punto clave del despliegue internacional en Afganistán, tras describir como un “desastre total” la rápida retirada de las fuerzas estadounidenses y sus aliados en respuesta al avance de los talibanes y el acuerdo de paz de Doha. El presidente expresó su descontento porque Bagram, “una de las mayores bases del mundo”, fue entregada “a cambio de nada”. “Vamos a intentar recuperarla. Eso podría ser una pequeña exclusiva”, indicó, sugiriendo un posible intercambio con los talibanes. “Necesitan cosas de nosotros”, argumentó, antes de mencionar entre las “razones” para recuperar la base que “está a una hora de distancia del lugar donde China fabrica sus armas nucleares”.
En respuesta, los talibanes, a través de su portavoz y viceministro de Información, Zabihulá Muyahid, reiteraron que “no pondremos nuestro territorio en manos de ningún país. Bagram está en manos de nuestras fuerzas, no de China”, enfatizando que “hacerse con Bagram es un sueño”. “Estados Unidos debería olvidarse de esta idea”, concluyó.