El Reino Unido ha mostrado su disposición a abordar las graves acusaciones de violaciones, agresiones sexuales y asesinatos atribuidos a la Unidad de Entrenamiento del Ejército Británico en Kenia (BATUK), según un reciente informe del Parlamento keniano. Este documento, que fue divulgado por el Comité Departamental de Defensa, Inteligencia y Relaciones Exteriores, destaca una serie de conductas indebidas que habrían tenido lugar durante décadas.
El informe no solo menciona actos de violencia, sino también ‘graves negligencias’ en el manejo de municiones y ‘serias violaciones del medio ambiente’. Estos incidentes habrían ocurrido desde 1964, año en que se estableció BATUK en Kenia. Las autoridades kenianas han expresado su frustración por la falta de cooperación del Ejército británico, que se ha negado a comparecer ante el comité y ha optado por invocar inmunidad diplomática.
Ante esta situación, el comité ha sugerido la creación de una unidad especial dentro de la Policía Nacional de Kenia para investigar estos delitos. Además, ha pedido la colaboración de la Fiscalía con el Reino Unido para facilitar la extradición del soldado Robert James Purkiss, implicado en el asesinato de la keniana Agnes Wanjiru en 2012. El comité también ha urgido al Ministerio de Exteriores de Kenia a negociar con el gobierno británico la implementación de medidas de apoyo a los hijos de relaciones consensuales entre soldados británicos y ciudadanas kenianas.
Por su parte, la Alta Comisión de Reino Unido en Kenia ha afirmado haber ‘tomado nota de la investigación parlamentaria’ y ha mostrado su disposición a ‘investigar a fondo’ las acusaciones, siempre y cuando se presenten pruebas concretas. A través de la red social X, ha destacado la importancia de su cooperación en defensa con Kenia, subrayando los beneficios de su programa conjunto de formación y desarrollo de capacidades.











