Este miércoles, el Gobierno británico ha actualizado su listado de sanciones incluyendo a ocho individuos y tres entidades rusas, acusados de participar en la deportación forzada y el «adoctrinamiento» de niños ucranianos. Esta medida es una reacción ante la supuesta reubicación de aproximadamente 6.000 menores en lo que se describen como campos de reeducación.
David Lammy, ministro de Exteriores del Reino Unido, ha calificado estas acciones como «despreciables» y una clara muestra de la «política del Kremlin». «Demuestra el nivel de depravación que puede alcanzar el presidente (Vladimir) Putin para borrar el idioma, la cultura y la identidad ucranianos», expresó en una declaración, subrayando que el Reino Unido no cejará en su empeño por hacer justicia.
La Fundación Ajmat Kadirov, liderada por la madre de Ramzan Kadirov, figura entre las entidades sancionadas. Esta fundación está a cargo de los programas para niños ucranianos y su presidenta, junto con el líder de un proyecto de reeducación financiado por el estado ruso, están implicados en esfuerzos para convertir a estos menores en «patriotas» rusos. También se incluye en la lista a una alta funcionaria del Ministerio de Educación de Rusia.
Los servicios de inteligencia británicos han revelado que Rusia ve a los niños ucranianos «secuestrados» durante la invasión como una «fuente potencial» de reclutas para sus fuerzas armadas, siguiendo las acusaciones de Kiev sobre los intentos de Moscú de enrolar a jóvenes ucranianos al cumplir la mayoría de edad.
«Algunos de ellos estarían siendo forzados a participar en el conflicto contra sus compatriotas ucranianos», han señalado, mientras que también han informado que «más de 19.500 niños ucranianos han sido trasladados a la fuerza o deportados por las autoridades rusas a Rusia y el territorio ilegalmente ocupado de Crimea».