En una medida para fortalecer la protección de espacios frecuentados por la comunidad judía, el Gobierno británico ha dispuesto un fondo de hasta 10 millones de libras (aproximadamente 11,5 millones de euros). Esta decisión es una reacción directa al reciente atentado terrorista ocurrido cerca de una sinagoga en Mánchester.
Este fondo se destinará a la instalación de cámaras de seguridad, sistemas de alarma y otros dispositivos de iluminación, según ha informado el ejecutivo de Keir Starmer. Tras el atentado, que resultó en la muerte de dos personas, una de ellas por fuego amigo de las fuerzas de seguridad, ya se había incrementado la presencia policial en la zona.
“Estuve en Mánchester el día del horrible ataque terrorista y vi de primera mano el miedo que sufren muchos judíos. No sólo en un día tan terrible, sino todos los días, como parte de su vida”, declaró Starmer, quien ha instado a “derrotar” el crecimiento del antisemitismo.
El Gobierno se ha propuesto también combatir los discursos de odio, un cambio que Starmer ha reconocido que no se logrará con “arreglos rápidos”. Espera que distintos sectores sociales se unan al que ha llamado un “esfuerzo nacional”.
Por su parte, la ministra del Interior, Shabana Mahmood, ha expresado, alineada con Starmer, que “la comunidad judía no debería tener que elegir entre rezar o sentirse seguro”. “Nadie debería verse obligado a vivir una vida judía más discreta en nuestro país”, señaló en un comunicado.