El Ejecutivo británico ha comunicado este viernes el lanzamiento de un sistema de identificación digital obligatorio, que los ciudadanos y residentes deberán usar para realizar trámites esenciales, como la contratación laboral, con el fin de limitar la inmigración no regularizada.
El primer ministro, Keir Starmer, ha calificado la iniciativa como una “enorme oportunidad”, destacando que dificultará el empleo ilegal y fortalecerá las fronteras. Además, ha señalado que tanto los británicos como los extranjeros legalmente establecidos podrán acceder más ágilmente a servicios fundamentales.
“Sé que la gente trabajadora está preocupada por el nivel de migración ilegal de este país. Una frontera segura y una migración controlada son demandas razonables y este Gobierno escucha y responde”, afirmó Starmer, quien reiteró su compromiso con el “cambio” y no la “división”.
Este documento digital no solo verificará la identidad del portador, sino también su estado de residencia. Sin embargo, el Gobierno todavía necesita especificar cómo se adaptará para aquellos que no posean un smartphone.
Por su parte, la líder de la oposición, la conservadora Kemi Badenoch, ha tachado la medida de “truco desesperado” para distraer de la problemática migratoria en el canal de la Mancha. Aunque ha reconocido que el debate está abierto, anticipó la oposición de los ‘tories’ a cualquier sistema de uso obligatorio.
Desde el Gobierno, se defiende que el sistema es tanto práctico como seguro, y se ha remitido a ejemplos de otros países donde se implementa con éxito. Se espera que, eventualmente, facilite también procedimientos relacionados con los servicios sociales o licencias de conducir, entre otros.