El gobierno británico ha revelado este miércoles una serie de sanciones dirigidas a una red financiera radicada en Kirguistán, utilizada por Rusia para sortear las diversas sanciones impuestas a su economía como respuesta a su participación en el conflicto ucraniano.
El Ministerio de Asuntos Exteriores del Reino Unido ha sumado a su ‘lista negra’ a entidades como Capital Bank of Central Asia y a su ejecutivo, Kantemir Chalbaev, además de Tengricoin, Grinex y Old Vector, todas con operaciones en Kirguistán, y a la firma luxemburguesa Altair Holding, junto con otras dos personas.
‘Si el Kremlin cree que puede ocultar sus intentos desesperados de suavizar el golpe de nuestras sanciones blanqueando transacciones a través de dudosas redes de criptomonedas, está muy equivocado’, ha declarado Stephen Doughty, secretario de Estado para Europa y Norteamérica.
Estas nuevas sanciones se añaden a las más de 2.700 ya impuestas desde que comenzó la invasión rusa de Ucrania en 2022, y se espera que incrementen la presión sobre el presidente Vladimir Putin, en momentos en que Ucrania busca reforzar esta estrategia para impulsar negociaciones de paz.
En respuesta, Moscú ha impuesto sanciones a varios profesionales de los medios de comunicación y a representantes de ONGs y grupos de influencia, además de a miembros del ámbito académico.
Un grupo de aproximadamente veinte individuos, incluyendo columnistas, escritores, historiadores y directores de ‘think tank’, han sido acusados por Moscú de crear ‘narrativas antirrusas’ activamente para disminuir su influencia global y de propagar ‘desinformación’ sobre el conflicto ucraniano.
‘Los esfuerzos de los propagandistas británicos son irresponsables, pues aumentan el riesgo de desestabilizar el mercado energético mundial y de desviar los recursos occidentales hacia las aspiraciones militaristas de Kiev’, ha defendido la cartera rusa de Exteriores en un comunicado.