En un movimiento controvertido, el gobierno de Estados Unidos ha reinstalado la estatua del general Albert Pike en Washington D.C. Esta decisión se produce tras la restauración del monumento, que fue derribado por manifestantes durante las protestas desencadenadas por la muerte de George Floyd a manos de la policía en 2020.
El monumento ha sido históricamente polémico, y su reinstalación sigue las directrices del entonces presidente Donald Trump, quien ha promovido la preservación de estas estatuas confederadas. Según la emisora NPR, esta acción responde a la orden ejecutiva firmada por Trump denominada ‘Restaurar la verdad y la Sensatez a la Historia de América’.
A pesar de la restauración, numerosas voces siguen criticando la presencia de la estatua, calificándola de ‘ofensiva’ para los militares que sirven con honor en las fuerzas armadas de Estados Unidos. La estatua, erigida en 1901, ha sido objeto de peticiones de retirada por parte de las autoridades locales. La propuesta más común es trasladar estos símbolos confederados a museos y eliminarlos del espacio público, aunque actualmente esta es la única estatua de un general confederado que se mantiene en la capital.
















