Las autoridades de República Dominicana han decidido no invitar a Cuba, Nicaragua y Venezuela a la próxima Cumbre de las Américas, organizada por la OEA. Esta medida se adopta en un contexto de ‘polarización política’, buscando ‘priorizar el éxito del encuentro’ y la asistencia de ‘el mayor número posible’ de delegaciones.
El evento se realizará a principios de diciembre en Punta Cana. El Gobierno dominicano ha optado por reiterar la misma estrategia de exclusión que Estados Unidos utilizó en la cumbre previa de 2022 en Los Ángeles.
Desde el Ministerio de Exteriores de República Dominicana se ha señalado que organizar el evento supone ‘una alta responsabilidad en el plano multilateral’ y requiere atender ‘el interés de la mayoría de Estados que integran el mecanismo’. La exclusión de estos países se ve como una medida que ‘dadas las circunstancias hemisféricas, favorece la mayor convocatoria y asegura el desarrollo del foro’, a pesar de que dichos países han optado por no colaborar con la OEA y sus estructuras.
El Ministerio ha recordado que mantiene buenas relaciones con los tres países excluidos, habiéndoles invitado a otros foros como la Cumbre Iberoamericana de 2023 en Santo Domingo y la Cumbre de CELAC en Bávaro en 2017.
‘PREOCUPACIÓN’ EN CUBA
La respuesta de Cuba no se ha hecho esperar, manifestando su ‘profunda preocupación y rechazo’ a través de una nota oficial, la cual califica la decisión como ‘impuesta’ y una ‘claudicación’ ante ‘las brutales presiones unilaterales’ de Estados Unidos. Desde la isla se critica la ‘involución histórica’ del sistema de cumbres y se considera que una cumbre basada en ‘la exclusión y la coerción’ está ‘condenada al fracaso’. Además, Cuba ha propuesto un ‘diálogo respetuoso y constructivo’ bajo ‘condiciones de igualdad soberana y sin exclusiones’.