La administración de Estados Unidos ha iniciado una auditoría en los museos de la Institución Smithsonian, reconocidos a nivel global, para asegurar que sus exposiciones no promuevan ‘narrativas divisorias o partidistas’, siguiendo las políticas del presidente Donald Trump, que exige que las entidades financiadas con fondos estatales se ajusten a sus directrices políticas.
‘Cuando nos preparamos para celebrar el 250 aniversario del nacimiento de nuestra nación, es más importante que nunca que nuestros museos reflejen la unidad, el progreso y los valores que definen la historia americana’, argumenta la Casa Blanca en una comunicación que explica la necesidad de esta ‘revisión interna’.
Esta evaluación afectará tanto a los materiales ya existentes, incluyendo exposiciones actuales y recursos educativos, como a los futuros proyectos expositivos, ‘con una atención particular’ a las actividades planificadas para el aniversario de la Declaración de Independencia.
Los museos tienen un mes para empezar a enviar información sobre sus contenidos, anticipando que en cuatro meses se podrían empezar a implementar las ‘correcciones’ requeridas, reemplazando términos ‘ideológicos’ por otros ‘unificadores, históricamente precisos’.
En marzo, Trump firmó una orden ejecutiva para denunciar lo que considera una manipulación histórica, criticando que se represente la historia de Estados Unidos como ‘racista, sexista, represiva o, dicho de otra manera, irremediablemente fallida’.