Rodrigo Paz Pereira ha tomado posesión este sábado como presidente de Bolivia, prometiendo enfrentar la situación de un país “devastado” y con una economía “en quiebra”, resultado de lo que describió como una “traición” por parte de las autoridades salientes encabezadas por Luis Arce. Esta crisis se ha visto exacerbada por conflictos internos dentro del partido de Arce, el Movimiento al Socialismo (MAS), que culminaron con su expulsión esta semana.
En la ceremonia realizada en la Asamblea Legislativa, Paz recibió los símbolos de autoridad en la plaza Murillo de La Paz, incluyendo los bastones de mando militar, policial y espiritual, y fue bendecido según su fe católica por el monseñor Jesús Juárez.
Durante su discurso inaugural, Paz describió la grave situación del país: “Devastado”, con “la economía quebrada, las reservas internacionales en su nivel más bajo en 30 años, inflación, escasez, deuda y desconfianza”, dijo frente a una audiencia nacional e internacional, que incluyó a la presidenta del Congreso español, Francina Armengol.
El nuevo presidente criticó duramente las políticas de su predecesor, calificando a Bolivia bajo Arce como un “Estado paralizado” y un “monstruo burocrático que no puede servir al pueblo”, destacando la falta de productos en los mercados y los salarios insuficientes para la ciudadanía.
“Nos dejan la peor crisis de las últimas cuatro décadas, con una deuda de 40.000 millones. Nos traicionaron y la traición se paga en Bolivia, porque es el precio que sufren los más humildes, y vamos a proteger a los más humildes”, expresó Paz.
Las actividades continúan este domingo con la toma de posesión del primer gabinete de Paz a las 11.00, hora local, según informó su equipo al canal Unitel.
A principios de mes, Paz viajó a Estados Unidos para reunirse con representantes del gobierno de ese país y de organizaciones como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), buscando apoyo económico urgente para Bolivia.
Esta visita también marcó un paso hacia la normalización de las relaciones diplomáticas con Washington, rotas desde 2008 durante la presidencia de Evo Morales, líder del MAS, quien expulsó al embajador estadounidense y cerró las puertas a agencias como la DEA y USAID.
