Reporteros sin Fronteras (RSF) ha expresado su rechazo este jueves tras ser incluida en el registro de entidades «indeseables» por parte del Gobierno ruso, una disposición que impide su operación en el país y que la organización ha calificado como «una etiqueta difamatoria diseñada para silenciar las voces independientes con el falso pretexto de proteger a Rusia de supuestas amenazas».
En un comunicado, la entidad ha destacado que «lo que las autoridades rusas consideran una amenaza es el derecho a la información».
«El mensaje del Kremlin es claro», ha mencionado su director, Thibaut Bruttin, criticando a Moscú por continuar «su cruzada para silenciar a todas las voces que exponen su censura y propaganda».
Bruttin ha alertado sobre las repercusiones de una medida que, según ha señalado, se implementó el pasado 23 de julio sin previo aviso. «Cualquiera que colabore con las organizaciones extranjeras listadas o contribuya a su financiación en Rusia puede enfrentar persecución administrativa y sanciones», explicó, añadiendo que las infracciones reiteradas podrían resultar en hasta cinco años de prisión.
A pesar de las circunstancias, ha considerado la medida «en cierto modo, un honor». «La falta de justificación indica que la decisión es un reconocimiento al trabajo integral de RSF, desde la ayuda a periodistas rusos hasta las emisiones satelitales de Svoboda», afirmó.
Con todo, Bruttin ha asegurado que «esto no nos silenciará». «Continuaremos investigando y denunciando su guerra contra las noticias y la información, y trabajando para asegurar que todos los rusos responsables de crímenes contra periodistas, tanto en Rusia como en Ucrania, sean identificados y llevados ante la justicia», añadió, recordando que el año pasado, el regulador de medios Roskomnadzor, bloqueó el acceso a la página web de RSF.
Rusia se encuentra en el puesto 171 de 180 países y territorios en el Índice Mundial de Libertad de Prensa 2025 de esta organización, que fue fundada en 1985 y tiene su sede en Francia.
La ley sobre organizaciones indeseables se estableció en 2015 y su propósito es regular ONGs y otras entidades financiadas desde el extranjero. En la lista se incluyen Amnistía Internacional, Greenpeace y la ONG Freedom House, entre otras.
Desde el inicio de la invasión de Ucrania hace más de tres años, las autoridades rusas han declarado «indeseables» a numerosas organizaciones extranjeras, lo que implica la prohibición total de sus actividades y las de sus partidarios en Rusia.