El secretario de Estados Unidos, Marco Rubio, ha solicitado a su homólogo tailandés, Sihasak Phuangketkeow, que adopte “medidas concretas” para rebajar la escalada con Camboya. La petición se ha producido durante una conversación telefónica mantenida este jueves, en la que Rubio ha recalcado que se trata de una “necesidad inmediata” ante la reanudación de los choques armados en la zona limítrofe, donde se han contabilizado ya más de 50 fallecidos.
Durante la llamada, el máximo responsable de la diplomacia estadounidense también ha animado al ministro de Exteriores tailandés a retomar sin más demoras la puesta en práctica de los Acuerdos de Paz firmados a finales de octubre en Kuala Lumpur, Malasia, según ha detallado un comunicado difundido por el Departamento de Estado.
“El secretario ha subrayado la preocupación de Estados Unidos por la continua violencia en la frontera con Camboya y destacó la necesidad inmediata de reducir las tensiones”, añade la nota oficial de la cartera diplomática, que no menciona contactos equivalentes con las autoridades camboyanas.
En paralelo, el ministro de Exteriores chino, Wang Yi, ha hablado por separado tanto con Bangkok como con Nom Pen. En estas conversaciones ha remarcado que “la tarea más urgente ahora es tomar una decisión rápida para cesar el fuego, reducir los daños de manera oportuna y restablecer la confianza mutua”.
Yi ha sostenido que Pekín ha mantenido un “enfoque imparcial y justo” en la gestión de las disputas entre ambos países y ha puesto en valor el viaje realizado esta semana por el enviado especial del Ministerio de Exteriores chino para asuntos del continente asiático a los dos Estados, con el objetivo de reconstruir la paz “cuanto antes”.
Mientras tanto, este mismo jueves las autoridades camboyanas han denunciado nuevos bombardeos por parte del Ejército tailandés contra áreas próximas a la frontera, incluida la localidad de Poipet. Según su versión, los ataques se han llevado a cabo con cazas F-16, en el marco de doce días de hostilidades abiertas que han dejado ya más de 50 muertos en ambos bandos.
Estos últimos choques han provocado además el desplazamiento de cerca de un millón de personas y se inscriben en el prolongado litigio sobre la delimitación de unos 800 kilómetros de frontera y los templos situados en esa franja, una controversia que se remonta a la etapa colonial.