El ejecutivo ruso ha convocado a Lilian Darii, embajador de Moldavia en Moscú, debido a la negativa moldava de permitir la participación de observadores rusos en las próximas elecciones legislativas. Este hecho ha causado tensiones, ya que Chisináu ha expresado preocupaciones sobre una posible interferencia rusa en el proceso electoral.
Desde Rusia, se rechaza cualquier justificación para esta decisión moldava, acusándola de violar seriamente sus compromisos internacionales. “Es incompatible con los valores democráticos que profesan los dirigentes moldavos y una muestra más de sus políticas antirrusas”, ha declarado el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso.
Esta situación, según Rusia, pone en duda la transparencia y la fiabilidad del proceso electoral, motivo por el cual presentarán quejas ante los entes internacionales pertinentes.
Contrariamente, el gobierno moldavo ha señalado la presencia de una agenda oculta de Rusia en estas elecciones. El primer ministro Dorin Recean ha advertido este miércoles que Moscú pretende “tomar el poder” y ha destacado una agresiva campaña de interferencia en los asuntos internos del país.
El 28 de septiembre se decidirá la nueva composición del Parlamento moldavo, donde se anticipa que el Partido de Acción y Solidaridad (PAS) de la presidenta Maia Sandu podría perder su mayoría frente a la creciente influencia de partidos prorrusos, los cuales han optado por una participación unificada en estas elecciones.
