Las autoridades rusas han cargado este viernes contra Naciones Unidas al considerar que el organismo internacional “distorsionar la realidad” con la resolución relativa al “traslado a la fuerza” de menores ucranianos a territorio ruso, en el contexto de la invasión de Ucrania que se prolonga desde hace casi cuatro años.
En un comunicado, el Ministerio de Exteriores de Rusia ha señalado que el texto, “preparado por el régimen de Kiev y sus socios europeos, y está saturado de mentiras e hipocresía”. “Le han dado la vuelta a la realidad. Está basado en acusaciones odiosas contra Rusia y habla de supuestas adopciones y deportaciones forzosas para eliminar la identidad de estos niños ucranianos”, recoge la nota oficial, en la que se insiste en que el documento responde a intereses políticos de los países que lo han impulsado.
El departamento que encabeza la diplomacia rusa sostiene que “estas insinuaciones carecen de prueba alguna al respecto. No se habla de los niños ucranianos que son llevados a Europa y que pierden todo contacto con sus familias”, ha aseverado, antes de subrayar que, a su juicio, “está claro que esta resolución busca distraer la atención del declive total del régimen de Kiev, lleno de corrupción y sufrimiento, de derrota tras derrota en el campo de batalla”. Moscú enmarca así la iniciativa de la ONU en lo que describe como una campaña para desacreditar a Rusia en el escenario internacional.
En esta misma línea, el Ministerio ha dirigido sus críticas a la presidenta de la Asamblea General de la ONU, Annalena Baerbock, “que ha olvidado que ya se terminó su trabajo al frente del Ministerio de Exteriores de Alemania y que tiene que actuar con profesionalidad, justicia e imparcialidad”. Para las autoridades rusas, la actuación de la responsable del órgano plenario de Naciones Unidas demuestra una falta de neutralidad en el tratamiento del conflicto.
La resolución fue aprobada el miércoles en la Asamblea General con 91 votos a favor, 12 en contra y 57 abstenciones, lo que permitió su adopción pese a la oposición de Rusia y de un grupo reducido de países aliados. El texto reclama a Moscú que “garantizar el regreso inmediato, seguro e incondicional de los niños que han sido deportados o trasladados a la fuerza” a territorio ruso, instando a que se respeten los derechos de los menores afectados y se facilite su reunificación con sus familias.
Asimismo, el documento solicita poner fin, “sin demora, a cualquier práctica de traslado forzoso, deportación, separación de sus familias y tutores legales, cambio de estatus personal y adoctrinamiento de niños ucranianos”, tal y como ha señalado la ONU en un comunicado difundido tras la votación. La organización subraya en ese texto la obligación de todas las partes de cumplir el Derecho Internacional Humanitario y las normas de protección de la infancia en situaciones de conflicto armado.
