Este lunes, el Gobierno ruso ha expresado una vez más su oposición ante la posibilidad de que se desplieguen fuerzas de la OTAN en Ucrania, tras resurgir propuestas por parte de la «Coalición de los Voluntarios» para apoyar a Kiev en caso de que se alcance un cese al fuego.
«Reafirmamos nuestra postura de rechazo categórico a cualquier escenario que contemple la aparición en Ucrania de un contingente militar con la participación de países de la OTAN, lo cual conlleva una escalada descontrolada del conflicto con consecuencias impredecibles. Las declaraciones al respecto de algunos países europeos, incluido Reino Unido, reflejan esencialmente sus aspiraciones abiertamente provocadoras y depredadoras», declaró Maria Zajarova, portavoz del Ministerio de Exteriores ruso.
En un comunicado en el sitio web del ministerio, Zajarova criticó que la coalición, encabezada por Keir Starmer y Emmanuel Macron, haya abogado por esta medida durante el fin de semana, y que John Healey, ministro de Defensa británico, «declaró directamente la disposición a enviar tropas a Ucrania».
«En el contexto del deseo genuino demostrado por el liderazgo de Rusia y Estados Unidos en Anchorage (Alaska) de una solución integral, justa y sostenible del conflicto en torno a Ucrania, que incluya, entre otras cosas, la erradicación de sus causas profundas, siguen saliendo de Londres declaraciones que no sólo disienten con los esfuerzos de Moscú y Washington, sino que también están claramente dirigidas a socavarlos», expresó Zajarova.
Además, resaltó el «papel de los británicos en el fomento del conflicto en Ucrania», destacando que Londres «no ha ocultado que consideraba a este país exclusivamente como un instrumento geopolítico contra Rusia» y que «Londres está obsesionado con el deseo de aumentar constantemente la apuesta en el conflicto y está llevando a los socios de la OTAN a un peligroso abismo, más allá del cual un nuevo conflicto global no está lejos».
Zajarova finalizó afirmando que «es improbable que las autoridades británicas sean capaces de comprender la plena responsabilidad que arbitrariamente asumen, así como las consecuencias potencialmente catastróficas de la política destructiva que han adoptado para la seguridad internacional y regional», instando a que «abandone las tácticas geopolíticas arriesgadas e imprudentes».