El Gobierno ruso ha implicado a los servicios de inteligencia del Reino Unido en los recientes asaltos ucranianos a sus infraestructuras energéticas. Según informes, el último ataque afectó una refinería de petróleo en Sarátov, ciudad ubicada junto al río Volga, durante la noche anterior.
Según Dimitri Peskov, portavoz del Kremlin, ‘es obvio’ que los servicios británicos han tenido un papel destacado en estos ataques. Además, destacó que Ucrania ha contado con el apoyo de otras entidades occidentales para realizar operaciones en suelo ruso, tal como lo mencionó en una entrevista para ‘Izvestia’.
‘El régimen de Kiev sigue buscando dañar infraestructuras energéticas vitales, y la sofisticación de estos ataques muestra que los ucranianos no podrían haber actuado sin ayuda’, afirmó Peskov.
Además, destacó la presunta colaboración entre las agencias de inteligencia ucranianas y británicas para sabotear el gasoducto Turkish Stream, según reportes desde Moscú. Este gasoducto es crucial para el transporte de gas ruso hacia Turquía y el sur de Europa, operando al límite de su capacidad en un contexto de crecientes amenazas a su seguridad.