El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, ha explicado este jueves que las garantías de seguridad planteadas para Ucrania se estructuran en tres niveles de protección e incluyen la participación de Estados Unidos, país que aún discute qué rol concreto asumirá en el esquema de seguridad de Ucrania en un escenario de posguerra.
“Tal como se están diseñando actualmente, estas garantías tienen tres capas”, ha indicado Rutte desde Polonia, donde se ha desplazado para visitar el batallón multinacional de la OTAN bajo mando estadounidense.
El responsable político de la Alianza ha precisado que la primera capa de estas garantías la conformarán las propias Fuerzas Armadas ucranianas. En este contexto, Kiev y sus socios europeos trabajan para que Ucrania disponga del Ejército más robusto posible, frente a las exigencias de Moscú de imponer límites a su tamaño.
Rutte ha detallado que la segunda línea de protección estará integrada por las tropas extranjeras de la coalición de voluntarios encabezada por Reino Unido y Francia, “para garantizar que la paz se mantenga”.
Como tercera y última capa, ha situado la contribución de Estados Unidos. Las autoridades ucranianas esperan que Washington aporte, al menos, capacidades de Inteligencia y apoyo logístico. “El presidente estadounidense dijo en agosto que quiere que Estados Unidos forme parte de esas garantías de seguridad. En estos momentos, continúan las conversaciones sobre qué significaría exactamente eso”, ha recordado.
A la espera de concretar el formato definitivo de estas garantías, el ex primer ministro neerlandés ha subrayado la necesidad de cerrar este plan, dado que la OTAN y los aliados de Ucrania deben ser capaces de disuadir futuras agresiones por parte de Rusia. El presidente ruso, Vladimir Putin, “tiene que saber que, tras un acuerdo de paz, si intenta atacar de nuevo a Ucrania, la reacción será devastadora”, ha advertido Rutte, quien ha insistido en que “es como se están diseñando las garantías de seguridad”.