El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, ha subrayado este jueves que Estados Unidos mantiene su compromiso con la Alianza Atlántica y con la relación trasatlántica, a pesar de que la última estrategia de seguridad nacional estadounidense plantea «poner fin a la percepción, y prevenir la realidad, de que la OTAN es una alianza en expansión perpetua».
«Si miro la estrategia de seguridad nacional a través de ese prisma, queda claro que Estados Unidos está comprometido con Europa, con mantener a Europa segura», ha afirmado el máximo responsable político de la OTAN en una rueda de prensa en Berlín tras entrevistarse con el canciller alemán, Friedrich Merz.
Rutte ha destacado que el texto estratégico de Washington pone de relieve el valor de la «fuerte cooperación dentro de la OTAN entre los aliados europeos, Canadá y Estados Unidos» como base para preservar la seguridad del bloque militar occidental.
El ex primer ministro de Países Bajos ha recordado que la reclamación de un mayor esfuerzo en Defensa por parte de los socios europeos viene de lejos, remontándose a la presidencia de Dwight Eisenhower, y que las exigencias de Donald Trump encajan en esa línea histórica. «Esto ha sido desde los años 50 un gran motivo de irritación para los estadounidenses. Siempre han estado comprometidos con la OTAN, pero también tenían la expectativa de que nosotros gastáramos más, al menos lo mismo que ellos», ha recalcado.
Junto a Merz, Rutte ha remarcado que los países europeos de la Alianza deben avanzar en esa dirección, tomando como referencia el acuerdo alcanzado en la cumbre de La Haya para «alcanzar los objetivos de capacidades» y asegurar que la organización pueda hacer frente a cualquier amenaza, incluidas aquellas que impliquen «combatir a los rusos si nos atacaran».
En este contexto, el secretario general ha restado dramatismo al hecho de que la estrategia de seguridad nacional de la Administración Trump presente a los europeos en una posición incómoda y plantee que la OTAN deje de ser una alianza «en expansión perpetua».
El documento de Washington también insta a las capitales europeas a recomponer los vínculos con Rusia con el objetivo de promover una «estabilidad estratégica» con Moscú y a que el continente «sostenga por sí mismo» sus capacidades militares y «opere como un grupo de naciones soberanas alineadas».











