Sami Hamdi, el periodista británico y crítico de Israel, detenido desde el 26 de octubre por el Servicio de Inmigración y Aduanas de EE.UU. (ICE), ha logrado un acuerdo con el Gobierno estadounidense que contempla su salida ‘voluntaria’ del país.
‘Hamdi ha decidido aceptar la oferta de abandonar Estados Unidos de forma voluntaria’, comunicaron en una declaración conjunta el Consejo de Relaciones Americano-Islámicas (CAIR), el Fondo Legal Musulmán de América y el bufete HMA, especializado en temas de extranjería.
Estas organizaciones expresaron su ‘satisfacción’ por un acuerdo con Washington que permite la ‘liberación’ de Hamdi, quien fue retenido por una ‘estancia ilegal tras la revocación de su visado’ por parte de las autoridades estadounidenses, una acción que han criticado por no estar justificada ni avisada previamente.
Además, señalaron que nunca se justificó la retención de Hamdi por conductas delictivas o razones de seguridad. ‘Este acuerdo establece que el Gobierno no considera a Hamdi un peligro para la comunidad ni para la seguridad nacional’, añadieron.
‘Es así de sencillo: Sami nunca debería haber pasado ni una sola noche en una celda del ICE. Su único delito real fue hablar con claridad sobre los crímenes de guerra genocidas de Israel contra los palestinos’, defendió el director de CAIR, Husám Aylush, criticando la rapidez con la que ‘nuestros funcionarios gubernamentales están dispuestos a sacrificar nuestra Primera Enmienda y la libertad de prensa cuando un periodista utiliza su plataforma para atreverse a anteponer Estados Unidos a Israel’.
Aylush también advirtió que, aunque la liberación de Hamdi es positiva, el mensaje que transmite es preocupante para activistas y periodistas, así como para dictaduras autoritarias globales que ven en EE.UU. un ejemplo a seguir.
Hamdi fue arrestado en el Aeropuerto Internacional de San Francisco por agentes del ICE, en el marco de políticas contra extranjeros que supuestamente ‘apoyan el terrorismo y socavan la seguridad de los estadounidenses’, según el Departamento de Seguridad Interior. El arresto fue influenciado por acusaciones de Laura Loomer, activista ultraderechista, quien lo señaló de apoyar a grupos terroristas en mensajes en la red social X.
En marzo, las autoridades ya habían revocado el visado a Mahmud Jalil, otro activista propalestino, conocido por su participación en protestas universitarias contra acciones militares de Israel en Gaza.
