La ONG Save the Children ha advertido de que el incremento del riesgo de hambre entre los niños y niñas en Afganistán “debería hacer saltar las alarmas”, al tiempo que ha lamentado los recortes en la ayuda internacional para responder a esta emergencia, que se agrava con la llegada del invierno.
“El aumento del número de niños que se prevé que se enfrenten a graves niveles de hambre y desnutrición este invierno debería ser una señal de alarma”, ha dicho la directora de Desarrollo de Programas de la ONG en Afganistán, Samira Sayed Rahman, quien ha recalcado que “la desnutrición es totalmente prevenible”. “Ningún niño debería enfermar ni perder la vida simplemente por no tener suficiente para comer”, ha agregado.
“A medida que se acerca el invierno, más familias se verán obligadas a tomar decisiones angustiosas, como sacar a los niños de la escuela o enviarlos a trabajar, solo para poder pagar una sola comida”, ha lamentado, antes de reseñar que “en un momento en el que aumentan las necesidades, la financiación para programas nutricionales vitales en Afganistán está disminuyendo”.
De esta forma, ha incidido en que “niños y mujeres, que supone el 80 por ciento de las personas que reciben ayuda alimentaria, serán los más afectados por estos recortes”, por lo que ha reiterado que “restaurar la financiación para los programas sanitarios y nutricionales es una necesidad urgente para evitar que los niveles de hambre y desnutrición sigan aumentando”.
Save the Children planea asistir a unas 75.000 personas en Afganistán mediante paquetes de invierno que incluirán ropa de abrigo, mantas, calentadores y materiales para aislar las viviendas. Asimismo, más de 21.000 menores se verán beneficiados por la instalación de calentadores y radiadores en escuelas y centros de atención a la infancia, según ha señalado la organización.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) alertó el martes de que la crisis alimentaria en Afganistán se está intensificando a medida que disminuyen las contribuciones internacionales por los recortes en la financiación global, lo que deja a más de 17 millones de personas en situación de inseguridad alimentaria de cara al invierno. En este sentido, remarcó que los datos más recientes de la Clasificación Integrada de las Fases de la Seguridad Alimentaria (IPC, por sus siglas en inglés) indican que tres millones de personas afrontan hambre aguda (fase 3 de un total de 5).
Esta cifra representa un incremento notable frente a los 13,8 millones de personas que se encontraban en esta misma situación el año anterior. “Se espera que la desnutrición infantil siga aumentando y afectando a casi cuatro millones de niños durante el próximo año. Con unos datos que reflejan el nivel más alto de desnutrición infantil en décadas y una creciente reducción de la financiación, el acceso ha tratamiento está disminuyendo significativamente”, dijo el organismo.
“Esto hace que muchos niños desnutridos estén en peligro. Al carecer de tratamiento, algunos pueden correr el riesgo de morirse ante el fuerte y duro invierno, cuando la comida escatime. Todos los indicadores apuntan a un invierno brutal para las familias más vulnerables de Afganistán”, zanjó el PMA, en un contexto de deterioro de la crisis humanitaria en el país centroasiático, gobernado por los talibán desde agosto de 2021.