La ONG Save the Children ha emitido una alerta sobre el incremento previsto del 20% en el número de niños afectados por hambre extrema en la República Democrática del Congo (RDC) para el año 2026, causado por factores como la violencia, los desplazamientos forzosos y la falta de alimentos en un contexto de conflicto continuo.
Según datos proporcionados por la Asociación para la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria (IPC), alrededor de catorce millones de niños, uno de cada cinco, enfrentarán niveles críticos de hambre o peores durante el primer semestre de 2026, incluyendo a 2,1 millones que experimentarán los niveles más severos de emergencia, marcados por desnutrición aguda y un riesgo incrementado de mortalidad por inanición.
En las provincias orientales de Ituri, Kivu Norte, Kivu Sur y Tanganica, donde residen aproximadamente tres cuartas partes de los 2,1 millones de niños en esta grave situación, ha habido un aumento de los conflictos y ataques de grupos armados, incluido uno asociado al Estado Islámico, desde principios de año.
Los enfrentamientos, incluyendo los del Ejército contra el grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23), y los ataques han generado más hambre, desplazamientos, víctimas civiles y casos de violencia sexual, con más de dos millones de desplazados internos en el país este año debido a la violencia.
Greg Ramm, director de Save the Children en RDC, ha declarado la «catastrófica escalada del hambre entre la infancia» y ha señalado que «la situación no ha mejorado, ya que catorce millones de niños y niñas del país siguen enfrentándose a niveles críticos de hambre, incluidos dos millones de niños y niñas que se encuentran en una situación de emergencia alimentaria».
Ramm también ha mencionado que «la violencia que sigue azotando el este de RDC ha dejado a las familias sin acceso a alimentos, atención sanitaria y otros servicios esenciales, y ha convertido al país en una de las mayores crisis de desplazamiento del mundo». Además, ha hecho un llamado a la comunidad internacional para que actúe de manera inmediata y proporcione los fondos necesarios «para apoyar programas de seguridad alimentaria y nutrición que salvan vidas, de modo que las familias tengan suficiente para comer y la infancia no sufra desnutrición».










