El primer ministro francés, Sébastian Lecornu, continúa sin lograr apoyos adicionales que aseguren la estabilidad de su administración, a pesar de sus esfuerzos por conectar con diversos líderes políticos en un intento por superar el fracaso del gabinete anterior liderado por François Bayrou.
Entre los encuentros de Lecornu, se destaca la reunión con la presidenta de la Asamblea Nacional, Yaël Braun-Pivet, quien tras el diálogo con el primer ministro le ha pedido “crear una dinámica” que favorezca la construcción de alianzas ante los “inmensos” retos actuales.
Además, Lecornu se ha reunido con el expresidente Nicolas Sarkozy, encuentro que ha sido ampliamente comentado por medios como Franceinfo o BFM TV. Sarkozy, marcado por su pasado judicial, no goza de gran popularidad en Francia.
Según una encuesta de ‘Le Figaro’, la popularidad de Lecornu está en declive, con casi el 70% de los franceses en desacuerdo con que Macron lo eligiera como sucesor de Bayrou. Un 56% de los entrevistados tiene una opinión negativa sobre él.
MOCIÓN DE DESTITUCIÓN
Los principales grupos de oposición, liderados por la Agrupación Nacional de ultraderecha y los partidos de izquierda, han mostrado su descontento por la designación de un nuevo primer ministro en lugar de la disolución del Parlamento y la convocatoria a elecciones.
La izquierda, a través de Mathilde Panot de La Francia Insumisa, ha promovido una moción de destitución contra Macron, respaldada por 104 diputados y descrita como “histórica” por Panot, quien también ha calificado de “éxito” una reciente jornada de protestas.
“Macron debe irse”, ha insistido Panot, aunque esta medida parlamentaria inicialmente parece poco probable que prospere.
















