El Senado de Estados Unidos ha vuelto a mostrar su oposición a las políticas de la Administración Trump, rechazando nuevamente, este martes, una ley de financiación crítica para la reapertura del Gobierno federal, cerrado durante todo octubre. Además, cinco senadores republicanos se unieron a los demócratas para intentar anular la emergencia nacional que permitiría a Trump imponer aranceles a Brasil.
La negativa a revertir el cierre gubernamental se produjo tras no lograr los 60 votos necesarios, obteniendo solo 54 a favor. Este estancamiento en el Senado está fuertemente influenciado por la demanda de extensión de los subsidios de seguros médicos por parte de los demócratas, necesarios para la reapertura gubernamental.
“Los estadounidenses están al borde de una crisis sanitaria sin precedentes en nuestras vidas”, declaró Chuck Schumer, líder de los demócratas en el Senado, criticando la falta de disposición republicana para discutir mejoras en el sistema de salud.
Por otro lado, John Thune, senador republicano, sostiene que los republicanos considerarán estas cuestiones solo cuando los demócratas accedan a aprobar la financiación federal necesaria para poner fin al cierre gubernamental, que ya es el segundo más largo en la historia de los EE.UU.
Además, están en juego otros servicios críticos como el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP), cuyas ayudas expirarán pronto, y la advertencia del secretario del Tesoro sobre la incapacidad del Gobierno para pagar los salarios del servicio militar a partir del 15 de noviembre.
5 REPUBLICANOS APOYAN EL FIN DE LOS ARANCELES A BRASIL
Posteriormente, el Senado aprobó una resolución para terminar con la autorización de emergencia de Trump para imponer aranceles elevados a Brasil, con 52 votos a favor y 48 en contra. La medida, aunque simbólica, fue apoyada por cinco senadores republicanos, incluyendo a Mitch McConnell, quien destacó los problemas que estas tarifas generan en las cadenas de suministro en Kentucky.
A pesar de la aprobación, su efecto puede ser limitado ya que el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, podría no llevarla a votación, y el presidente podría vetarla si se aprueba.
Estados Unidos había aumentado recientemente los aranceles a productos brasileños como parte de una estrategia de represalia contra el procesamiento de Jair Bolsonaro por intento de golpe de Estado contra el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.
