Este martes, el Primer Ministro de Irak, Mohamed Shia al Sudani, ha solicitado una investigación sobre los ataques recientes con drones a dos campos petroleros en la región semiautónoma kurda, argumentando que ‘constituye un atentado contra los esfuerzos del Estado’ para mantener la estabilidad nacional.
‘Al Sudani ha ordenado a las autoridades competentes que inicien una investigación inmediata y exhaustiva para identificar a los autores de estos ataques y tomar medidas firmes para exigirles responsabilidades, sin vacilación ni indulgencia’, indicó un comunicado de Saba al Numan, portavoz del jefe de Gobierno, difundido en la red social X.
El mandatario se comprometió a ‘adoptar todas las medidas necesarias para proteger la infraestructura vital y fortalecer el sistema de defensa para prevenir la repetición de tales actos, salvaguardar la soberanía de Irak y defender los derechos de su pueblo’. ‘El Gobierno iraquí (…) no permitirá que ninguna amenaza socave los intereses del pueblo de Irak’, agregó.
‘La naturaleza y el momento en que se han cometido estos actos criminales indican una intención maliciosa destinada a sembrar confusión y perjudicar a Irak y sus instituciones vitales’, criticó, después de señalar que el hecho de que dos campos petrolíferos fueran blanco de ataques ‘representa una amenaza directa a los intereses del pueblo iraquí’.
La Presidencia de Irak también condenó los ‘flagrantes’ ataques y señaló que su repetición ‘amenaza la seguridad y la estabilidad del país, debilita la economía, atenta contra los intereses públicos del Estado y supone una amenaza para la seguridad ciudadana’. ‘Esto requiere mayores esfuerzos para proteger nuestros recursos económicos y crear un entorno propicio para que las empresas de inversión operen en el país’, resaltó, mientras instaba a los organismos de seguridad del Gobierno federal y del regional que ‘tomen medidas urgentes y adecuadas para descubrir a los autores y prevenir la repetición de estos ataques terroristas’.
Estos incidentes son los más recientes en una serie de ataques con drones en áreas de la región semiautónoma del Kurdistán tras el cese al fuego entre Israel e Irán el 24 de junio, después de doce días de enfrentamientos iniciados por una ofensiva de las fuerzas israelíes contra el país centroasiático. Las autoridades kurdas han señalado a milicias proiraníes por estos ataques y han criticado al Gobierno central por su inacción, acusando directamente a las Fuerzas de Movilización Popular (FMP) —una coalición de milicias proiraníes integradas ahora en las fuerzas de seguridad— de estar involucradas en estos incidentes.
El Gobierno central desestimó estas acusaciones, calificándolas de ‘inaceptables’, mientras que las FMP negaron estar detrás de estos ataques y apuntaron al Estado Islámico, aunque hasta el momento no se ha confirmado la autoría de estos ataques, que no han dejado víctimas mortales.